Chetumal, anteriormente llamada Payo Obispo en honor de Payo Enríquez de Rivera (Obispo de Guatemala y Virrey de la Nueva España) es una ciudad mexicana, capital del estado de Quintana Roo y cabecera del municipio de Othón P. Blanco, ubicada en la península de Yucatán a orillas de la Bahía de Chetumal.
Chetumal no sólo es la capital de Quintana Roo, sino también es la puerta de entrada de Centro América a este país y siempre ha sido un punto estratégico y de suma importancia para la historia del estado. Su nombre proviene de la lengua maya, de Chaktemal, que significa “lugar donde abunda el árbol rojo (chakte)”. Chaktemal fue el cacicazgo maya que dominaba el sur de Quintana Roo hasta el norte de Belice y su importancia histórica es innegable, pues es catalogada como la cuna del mestizaje, ya que se dice que fue en este sitio donde el español Gonzalo Guerrero y la princesa Zazil-Há, hija del cacique Nachán Ka’an, gobernante de Chaktemal, se habrían unido para dar vida a los primeros mestizos; motivo por el cual, Chetumal es considerado como “La Cuna del Mestizaje”. A su vez se considera un centro cultural e histórico por las diversas zonas arqueológicas de la región.
Originalmente lo que hoy es la capital del estado más joven de México, nació con el objetivo de consolidar los derechos territoriales del país y la región, salvaguardando su soberanía, regulando el tráfico de mercancías, embarcaciones y armas en medio de la Guerra de Castas. Todo esto a cargo del Vicealmirante Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres quien, en 1898, fundó la aldea de Payo Obispo, que era un auténtico caserío de madera y comprendía la última frontera de México.
El gobierno de Porfirio Díaz decidió terminar con aquella situación, resolviendo combatir a los mayas rebeldes y para lograrlo estableció definitivamente los límites con Honduras Británica en el Río Hondo, de acuerdo a un tratado firmado en 1893, además separó del estado de Yucatán el nuevo Territorio Federal de Quintana Roo y envió al ejército a combatir a los mayas.
El primer paso para poder combatirlos era impedir el tráfico de armas procedentes de Belice y afirmar la soberanía mexicana en aquel extremo del territorio, por ello se resolvió construir un fuerte y sección aduanal en el punto en que el Río Hondo desembocaba en la Bahía de Chetumal y que era conocido como Payo Obispo, un oficial de la armada, Othón P. Blanco, sugirió enviar al lugar un pontón que anclado en el punto de la bahía o el Río Hondo, pudiera servir como cuartel y sección aduanal mientras se lograba un establecimiento permanente. La sugerencia de Blanco fue aceptada y además se le nombró comandante del pontón y jefe de la operación; el pontón fue construido en Nueva Orleáns y Blanco le dio el nombre de Pontón Chetumal, como recuerdo al nombre maya de la región. Salió de Nueva Orleans a finales de 1897 y tras hacer escalas en Progreso, Yucatán y Cozumel, arribó a la desembocadura del río Hondo el 22 de enero de 1898.
Finalmente, Othón P. Blanco fundó oficialmente la nueva población, el 5 de mayo de 1898, con vecinos provenientes de Corozal y de otros lugares de la península y le dio el nombre de Payo Obispo, como ya era conocida la región. Sobre el origen de este nombre se menciona que procede de Fray Payo Enríquez de Rivera, quien fuera Arzobispo de México y Virrey de la Nueva España, pero que cuando era Obispo de Guatemala llegó a hacer una visita a Bacalar, desembarcando en el punto que recibió su nombre.
El desarrollo definitivo de Payo Obispo se dio cuando el gobernador de Yucatán, Salvador Alvarado resolvió regresar a los mayas la ciudad de Santa Cruz de Bravo, que en ese momento pertenecía a Yucatán tras la supresión del Territorio de Quintana Roo y que al ser restablecido en 1915 la capital fue trasladada en consecuencia a Payo Obispo, con ello aumentó la población y la actividad económica, al establecerse las dependencias gubernamentales en la población.
Payo Obispo fue en sus inicios una pequeña localidad fronteriza, dedicada fundamentalmente a la vigilancia de la frontera y cuyas actividades económicas se concentraban en la explotación de recursos de la selva como el chicle o el palo de tinte, la comunicación con el interior era únicamente por vía marítima, hacía el puerto de Vigía Chico, donde un ferrocarril enlazaba con la capital del territorio, Santa Cruz de Bravo, o más al norte Cozumel o Progreso.
Así, rodeado por la bella bahía se fue poblando de campesinos y aventureros que procedían de diversos puntos del país, así como gente de otras latitudes como Líbano y Belice. Este caserío creció aceleradamente y en 1936 recibió el nombre de Chetumal en homenaje a la aldea maya de esa zona que se habría llamado Chaktemal.
Su crecimiento era evidente: Con influencia británica de Belice y se fue poblando de personas provenientes del centro del país, campesinos y de otras naciones, quienes encontraron en esta zona fronteriza una gran oportunidad para el comercio. La fisonomía e historia de esta cuidad cambió drásticamente en 1955 como consecuencia del huracán “Janet”, que tomó desprevenidos a los pobladores, causando la muerte de un aproximado de 1000 habitantes y un gran número de construcciones destruidas.
Tras la tragedia era necesario el resurgimiento de la ciudad, lo cual implicó el renacimiento de Chetumal que, 19 años después, en 1974 fue declarada capital del naciente estado de Quintana Roo. En esta nueva etapa, se registró el esplendor de la actividad comercial, pues era una zona libre de aranceles, lo que atrajo a muchos comerciantes de otros puntos del país y del mundo, causando un desarrollo y estabilidad a la ciudad. Chetumal gozó de esta designación por un periodo de 59 años, entre 1934 y 1993.
Las casas eran de madera y de estilo inglés caribeño, como en Belice o Jamaica, construidas sobre el nivel del suelo y pintadas de colores brillantes y con celosías de madera en las ventanas. El agua potable era colectada de la lluvia mediante Aljibes, de los cuales cada casa solía tener uno, aunque posteriormente fue construido un gran Aljibe público.
Declaradas patrimonio cultural de Quintana Roo, las casas de madera en Chetumal reúnen características de la arquitectura inglesa y caribeña. Dichas casas fueron hogar de los primeros pobladores de la ciudad, tales como indígenas mayas, pescadores y personas de diferentes nacionalidades que se asentaron cerca de la bahía luego de que se mandara militarizar la frontera sur, para evitar el contrabando de armas y proteger los límites entre México y Belice.
El estilo anglo caribeño se refiere a casas de una planta o de dos, construidas al estilo victoriano, propias del bungalow (forma habitacional ampliamente difundida a lo largo y ancho del Imperio británico), viviendas que recuerdan a las Chattel house, pequeñas casas de madera movibles. Estas casas son similares a las de países caribeños como Belice, Barbados y Jamaica, que fueron colonizados por los ingleses y dada la cercanía con Belice, fue de gran influencia en la arquitectura chetumaleña. Son una muestra tangible de las formas arquitectónicas que caracterizaron las primeras tres décadas de la vida de Payo Obispo.
La mayoría de estas casas están hechas con madera endémica de la selva maya; siricote, caoba, palo de rosa o alguna que otra madera de importación de la época. Algunas casas conservan su diseño al color natural de la madera, mientras que otras fueron pintadas con los tonos alegres e intensos característicos de la región caribeña.
En las calles de Chetumal, principalmente en la zona centro de la ciudad es muy común encontrar este tipo de casas, algunas están identificadas con una placa que indica que son parte del patrimonio cultural e histórico del Estado de Quintana Roo; otras por su parte tienen uso comercial.
Si tienes problemas para encontrar dichas casas, te recomendamos acudir a la Casa de la Crónica, que es un museo ubicado en la Av. Miguel Hidalgo, esquina Av. Othón P. Blanco sobre el reconocido Parque de los Caimanes. Ahí encontraras importantes crónicas y documentos sobre la formación del Estado libre y soberano de Quintana Roo, una galería fotográfica de absolutamente todas las casas de madera estilo anglo caribeño que hay en Chetumal.
Este museo, además, es en sí mismo una casa con estas características, así que podrás apreciar cómo era su arquitectura por dentro. En el año de 1995 se realizó un censo en el que se registraron 101 casas. En la actualidad no hay una cifra exacta de las casas que siguen completas. Según la Casa de la Crónica de la ciudad, se mantienen entre 40 y 45 casas.
Quintana Roo siendo el estado más joven desde su creación, está poblado por personas de distintos puntos de la República Mexicana, provenientes de Michoacán, Veracruz, Yucatán por mencionarse los más relevantes, y pobladores que, con la separación demográfica acontecida en la historia, se quedaron habitando la zona sur del estado, estos provenientes de la antigua colonia británica (Belice), y es derivado a esto, que la cultura, tradiciones y gastronomía de Quintana Roo es tan rica y variada.
La región geográfica que actualmente ocupa Quintana Roo fue asentamiento del antiguo pueblo maya. De esta civilización derivan sus más resaltantes tradiciones y costumbres, orgullo de sus habitantes. Igualmente, la cercanía con Yucatán y los países del Caribe influyen en la diversidad cultural que le caracteriza.
Las fiestas tradicionales religiosas de Quintana Roo son muestras palpables del legado maya en honor a los antiguos dioses adorados por esta cultura. Tal es el caso de las fiestas de la Santa Cruz en Felipe Carrillo Puerto o la feria del Cedral en Cozumel, festividades con varios siglos de antigüedad. Además, se llevan a cabo una serie de eventos en los cuales se exponen las actividades típicas de la región: ganaderas, gastronómicas, artesanales y artísticas, entre muchas otras.
Pero la tradición más importante en península de Yucatán es la denominado Hanal Pixán, o "comida de las ánimas", es una tradición del pueblo maya que se lleva a cabo para recordar de una manera especial a los amigos y parientes que se adelantaron en el viaje eterno. Es un acontecimiento especial para los deudos de los difuntos, pues saben que, en estos días, del 31 de octubre al 2 de noviembre, las ánimas "reciben permiso" para visitar a sus familiares.
La tradición incluye varios ritos, pero el principal consiste en poner una mesa que funciona como altar, alumbrada con velas de cera, debajo de los árboles del patio y cerca de las sepulturas de los familiares, donde se coloca comida típica de la temporada: atole, jícamas, mandarinas, naranjas, xec (mezcla hecha con naranja, mandarina, jícama y otras frutas, así como chile molido), dulce de papaya, coco y pepita, tamales de x’pelón (Frijol), vaporcitos, balché (bebida embriagante que se hace con la corteza de un árbol que se llama así), pan dulce y jícaras de sabroso tan-chucuá (atole que se fabrica con masa de maíz, cacao, pimienta y anís). Todo eso adornado con veladoras, flores, ramas de ruda y las fotografías de las personas fallecidas.
Pero la comida más simbólica y representativa en esta celebración, es el Mucbipollo o Pibipollo, el cual es un tamal grande hecho de masa de harina de maíz y manteca, relleno de carne de pollo y cerdo y condimentado con tomate y chile. Esta torta de maíz se envuelve en hojas de plátano y se guisa en horno de leña, o mejor aún, se prepara en el patio de las casas enterrándolo bajo tierra, donde se ponen leña y piedras para cocinarlo de manera tradicional: enterrado. El Pibipollo o Mucbipollo es la comida más importante en estas fechas, ya que es un símbolo de la muerte y la resurrección, donde la masa representa el cuerpo del ser humano; la Col que es una mezcla de color naranja, simboliza la sangre; y el xpelón (frijol) es la descomposición del cuerpo humano.
La gastronomía de Quintana Roo ha sido poderosamente influida por la reconocida cultura yucateca.
Los platillos más sobresalientes son la cochinita pibil, papadzules, panuchos, salbutes y una amplia variedad de ceviches y preparaciones a base de mariscos y frutos del Mar Caribe; así, través del tiempo se ha comenzado a destacar la gastronomía Quintanarroense; la cual tiene hondas raíces mayas, hecha a base de maíz, carne de la región, y productos del Mar Caribe.
La mezcla de culturas y la situación de zona libre que vivió la capital de Quintana Roo, en la década de los noventas, crearon una cocina de gran variedad y riqueza, que incluye una mezcla de sabores y recetas yucatecas, caribeñas, beliceñas, donde destacan los productos de la región, así como productos importados de diversos países.
Chetumal ofrece en sus platillos y comidas tradicionales, una mezcla de sabores muy singular y variada, resultado de su vocación fronteriza abierta a las diversas influencias de todo el mundo, pues va desde la incorporación de ingredientes importados como el Queso de Bola o Queso Edam de origen holandés, el cual se ha adoptado y adaptado con el orgullo de enriquecer su gastronomía desarrollando platillos propios que caracterizan en forma única a la entidad, como lo es el Queso Relleno o las Marquesitas que se pueden hallar en parques y calles céntricas de ciudad.
La influencia de la cocina criolla beliceña es muy importante y emblemática, con platillos tales como lo es el Rice & Beans (frijol y arroz) acompañado de pollo adobado y plátanos fritos machos. Así los productos de la región como la chaya, el chico zapote, y demás frutos de temporada que deleitan el paladar de nuestros visitantes.
La variedad gastronómica de la zona sur de quintana roo y haciendo mención al municipio de Othón P. blanco reside en cada una de sus comunidades dentro de las cuales destacan los poblados de Calderitas y Raudales, con su platillos hechos a base de coco, las sartas de chihuas, el pescado flameado, filete de pescado relleno de mariscos, la comida endémica de Chetumal “El Pescado al Pil-Pil”, por su parte la comunidad de Huay Pix es reconocido por las manitas de cangrejo al mojo de ajo y el chicharrón de pescado, únicos en su tipo y que puedes degustar a orillas de la laguna milagros. No hay que omitir que en la región también se consume el refrescante pozol de coco o cacao originario del estado de Tabasco.
Es importante mencionar dentro de la diversidad gastronómica la zona cañera a lo largo de la Ribera del Río Hondo, a menudo se sentirán los aromas de la cocina veracruzana, tabasqueña, michoacana y norteña, desde dónde procede la mayor parte de los colonos que fundaron los ejidos de la zona. Tacos, Barbacoa, Chicharrón, Birria, Mixiotes de Res, Carnitas Michoacanas y Tamales son los platillos típicos de la cocina local. La riqueza agrícola de la zona también hace posible disfrutar, primero entre los quintanarroenses, la dulzura de la caña de azúcar y la ternura del elote cocido o asado.
Los postres y dulces también son destacados en la region por la combinación de sabores que en ellos trasciende, el dulce de Ziricote, de Nanche o de Papaya, los emblemáticos Queques y Marquesitas con Queso de Bola, asi como lo caracteristico de Belice: el Pay Meat, las Cremitas y el Maja Blanco de Coco, los Fried Jack dulces, el Pan Bom con Mantequilla Wood Dunn Dairy Maid, y en temporada Navideña el Pastel Negro de Frutas Mackeson.
Para abordar la historia de la música afrocaribeña en la región, comenzaremos por situarla en la historia del territorio y, después, en la del estado de Quintana Roo. Lejos de seguir un desarrollo lineal, la música aparece y desaparece, se transforma en cuanto a sus expresiones, sus actores y su significado. De esta inscripción de la música en la historia local, podemos observar procesos simultáneos de "mestización" de lo "afro" y de nacionalización de lo beliceño que caracterizan la construcción del estado de Quintana Roo.
Desde un punto de vista histórico, el sureste de la península de Yucatán estuvo marginado en gran medida del control de España y posteriormente de México.
Entre 1847 y 1901, la Guerra de Castas desembocó en la integración de la región a la federación mexicana con el trazado de la frontera entre México y Belice en 1893, y la creación del territorio de Quintana Roo en 1902. Éste conservó durante varias décadas una condición de ser un sitio aparte dentro del territorio mexicano, por la importante presencia de un segmento de población maya hostil al poder mexicano. Cabe mencionar que, a este suceso, el sur de Quintana Roo fue poblado en parte por descendientes de refugiados de la Guerra de Castas, quienes durante cerca de medio siglo se habían instalado en Belice. Y en este territorio ahora sur de Quintana Roo, también fue determinado por las migraciones de trabajadores forestales beliceños descendientes de africanos. En estos campamentos aislados (los llamados "hatos"), aparecen las primeras referencias a la música afrocaribeña, principalmente en la frontera entre México y Belice: el Brukdown (escrito a menudo con diversas grafías: Brok Dow, brochdown) y el Sambay (escrito a veces Zambay), cuyo nombre ha sido objeto de distintas interpretaciones: Danza de los Zambos, "Son de la Bahía", deformación de la expresión inglesa let's go to some buy. Siendo este un género caribeño musical creado de la fusión de raíz africana con los ritmos mexicanos, transmitidos por los trabajadores de Veracruz (Son jarocho) o de Yucatán (jarana yucateca).
Desde ese momento el Sambay y el Brukdown formaron parte no sólo de los campamentos forestales, sino también de la vida social y cultural de la recién fundada capital del territorio, Payo Obispo (Chetumal). Este es uno de los bailes más característicos legado por los prehispánicos de la zona, representanta la exhibición de vuelo especial que hace la libélula macho para cortejar a la hembra. Era muy común escuchar en los barrios “¡Vamos al Sambay Macho!”, que eran los bailes tradicionales que se efectuaban en la Explanada de la Bandera de Chetumal. Esta danza es inspirada en los movimientos que realiza un insecto llamado Tulich (Libelula) Macho que destaca por su mayor tamaño y el color azul tornasol de su cuerpo y de sus alas, que durante el cortejo, vuela de izquierda a derecha y da giros hasta quedar mareado, seguido por toda la colonia.
Una de las danzas o bailes que predominan, es el baile de los chicleros. En este baile, se muestra la forma característica de diversión de los chicleros, hombres rudos que trabajaban en la selva en los llamados campamentos o hatos. Los chicleros mostraban la forma característica de diversión en donde bailaba una sola mujer con ellos. El baile de los chicleros es un espectáculo que combina el baile con el teatro. En este baile, se representa el intento de trabajadores del campo de cortejar a una mujer del pueblo. Eventualmente, surge la violencia cuando los hombres descubren que hay varios con las mismas intenciones. En el baile, una bailarina representa a la mujer y los demás bailadores representan los hombres. Se baila al ritmo de un son con instrumentos de bronce rápido y el baile es muy energético, tomando todo el escenario disponible.
Los trajes típicos de Quintana Roo son uno de los aspectos culturales que sus habitantes más se han esforzado en preservar. Existe un traje típico oficial; sin embargo, hay otros que son representativos de los distintos territorios y celebraciones del estado.
Es el traje más antiguo y es considerado el más representativo del estado de Quintana Roo. Fue diseñado e introducido en 1936, inspirado en los atuendos ceremoniales más significativos de las princesas mayas. Actualmente los ciudadanos lo consideran un digno reflejo de sus antepasados y las culturas originarias.
Es un vestido femenino compuesto por dos piezas. La parte inferior consta de una larga falda cuyos adornos simbolizan el sur y el interior de la Tierra. Sus patrones pueden ser bordados o pintados sobre la tela. La parte superior es una capa o manto de gran anchura, abierta por los lados, lo que permite libertad de movimiento. La capa también posee bordados y patrones representativos de la Cultura Maya, tanto en su parte delantera como en la posterior. En los bordes se pueden encontrar detalles principalmente en color verde, ya que es considerado representativo de los mayas. La parte inferior de la capa suele mostrar otros patrones de connotaciones naturales: fauna, flora y riqueza forestal por debajo de las imágenes divinas.
En 1976, el traje se modificó: la túnica se amplió hasta el suelo, la capa con altura menor de la túnica deja al descubierto los hombros y en el borde inferior de esta, se aprecian grecas triangulares y canoas estilizadas que simbolizan el mar y la navegación de los antiguos mayas por el mar Caribe. En el centro del pectoral luce una imagen de los mascarones de Kohunlich, en honor al dios del sol Kinich Ahau, así como ramas estilizadas que simbolizan la inclinación de nuestros ancestros a la naturaleza y al arte.
En la parte posterior del traje, se aprecia una imagen del dios descendente de Tulum, representado por una figura humana colocada de cabeza, que posee alas extendidas y sostiene con ambas manos, aparentemente, un panal de abejas. Esta versión estaba pintada a mano y bordada en hilo a efecto de resaltar los dibujos. Como tocado, dos grandes flores, una anaranjada y una verde, colocadas en el cabello al lado izquierdo.
Su uso es típico de la región central del estado. Es un traje representativo de los orígenes étnicos, un vestigio que busca preservar las cualidades culturales de las civilizaciones originarias. Esta vestimenta tiene su versión tanto de hombre como de mujer, siendo esta última la más común de sus presentaciones.
El vestido de la mujer quintanarroense es de blanco huipil, tono representativo de la península de Yucatán. Es un traje de una sola pieza, con bordados llamativos, aunque no extravagantes, acompañados de colores que pueden considerarse sobrios. Los bordados se encuentran a la altura del escote y en la parte inferior de la falda, dejando una porción de blanco hipil en la mayor parte del cuerpo. Los accesorios que acompañan este conjunto pueden ser un moño de color blanco en la cabeza y aretes de oro.
La presentación masculina de este conjunto es considerada la más original entre todas las regiones y estados aledaños, ya que casi no guarda similitud con ninguna de las otras.
El hombre utiliza una camisa larga y de tonos tenues, que suele llegar por debajo de la cintura. Se utiliza cerrada, pero entre los botones queda una separación que simula una abertura. La camisa incluye un bolsillo a cada lado del torso, donde el hombre guarda sus paliacates o paños. El pantalón es liso y cae hasta las pantorrillas. Tanto la mujer como el hombre llevan los pies descalzos.
Este traje tradicional puede considerarse una versión alternativa del traje indígena, partiendo de algunas cualidades de aquel y agregando nuevos elementos. Suele verse principalmente en los pueblos más pequeños. En la mujer se presenta un vestido muy similar, hecho de huipil y con bordados en el cuello y la falda; algunas presentaciones extienden el bordado por casi todo el vestido. Este traje es complementado con un rebozo.
En los hombres son más marcadas las diferencias entre este y el traje indígena. Aparte de la camisa y el pantalón, también llevan un delantal a cuadros, un sombrero de palma y lo más característico, un par de alpargatas de cuero.
Las versiones ceremoniales de este traje presentan detalles distintos, como bordados de acabados más finos y telas más delicadas. Las mujeres usan una mayor cantidad de accesorios pintorescos, como aretes y cintillos; los hombres llevan filipinas, paliacates y cambian su sombrero de palma por uno de jipijapa.
Este traje femenino está conformado por dos piezas: una blusa blanca de mangas cortas, y una falda roja larga y amplia adornada con los motivos del escudo quintanarroense: el caracol, estrella y pino, pintados o bordados a su alrededor. A la altura de la cintura lleva un mandil de encaje blanco. En la cabeza, una pañoleta blanca con ribetes del color. En la cintura, uniendo ambas piezas, tiene un encaje blanco con detalles. La blusa es de cuello cuadrado con adornos bordados y cinco caracoles representativos de las riquezas marítimas. La blusa también presenta detalles a color en los bordes de sus mangas, y suelen ser armónicos con los colores presentes en la falda.
El vestuario del hombre es más sencillo: usa pantalón azul marino y camisa de seda floreada de brillantes colores que anuda en la cintura. Lleva también dos paliacates rojos, uno anudado al cuello y el otro se deja caer al costado derecho de la cintura, y usa sombrero de palma para protegerse de los rayos del sol. También se utiliza el traje de campo o trabajo: pantalón y camisa de mezclilla azul, del lado izquierdo de la cintura lleva el machete enfundado y del lado derecho un zabucan o morral de hilo. En ambos trajes, el hombre calza botines negros.
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